Costa Amalfitana – Italia

Introducción

El objeto de este breve artículo es comentar un viaje breve pero intenso que hemos realizado a la Costa Amalfitana. Si bien se podría hablar mucho y bien de esta zona reservamos nuestro análisis en mayor profundidad sobre el área para una nueva visita que haremos en 1 semana, más larga en tiempo y mucho más pausada. De todos modos creíamos conveniente redactar estas primeras impresiones para posteriormente contrastarlas y complementarlas en una segunda ocasión.

La Costa Amalfitana o Costiera Amalfitana es el área de costa italiana bañada por el Mar Tirreno, situado en la Península de Sorrento, al sur de Nápoles, en la región de Campania. Se trata de una zona que presenta un gran atractivo tanto cultural como turístico, siendo posiblemente una de las áreas más bellas de todo el Mar Mediterráneo. Al margen de Sorrento, quizás el núcleo más grande y menos bonito de toda la “Costiera”, existen sitios tan idílicos como Ravello o Amalfi, pintorescos como Positano o conjuntos histórico-artísticos como Pompeya, el lugar más turístico y visitado de toda Italia. Dentro del área de influencia de la Costa Amalfitana y como lugares de gran interés, al margen de Nápoles, situaríamos las islas de Ischia, enfrente a la mencionada Nápoles y Capri, justo a un palmo de Sorrento.

En este primer viaje establecimos nuestro “campamento base” en Piano de Sorrento, en la parte alta del entorno de Sorrento, un lugar desde donde gozar de unas preciosas vistas del Golfo de Nápoles y del Golfo de Sorrento – la localidad de Sorrento delimita ambos golfos – y desde donde estar situados óptimamente para ver la parte inicial de la Costiera, desde Pompeya a Positano, objetivo inicial de esta visita. Por tanto basaremos nuestro artículo en los sitios que visitamos dejando a propósito otros para nuestro próximo artículo.

Nuestro viaje – primera incursión en la Costa Amalfitana:

La verdad es que la manera más cómoda de recorrer la zona es en coche y para ello, alquilar un vehículo en alguno de los aeropuertos cercanos, bien Nápoles y en menor medida Roma, es más que aconsejable. Nosotros volamos a Nápoles, un aeropuerto que cuenta con un número cada vez mayor de vuelos desde España. El aeropuerto es muy cómodo y al no ser nada grande el alquiler del coche es bastante rápido.

La salida hacia el sur se encuentra a un palmo del aeropuerto debiéndose tomar la A3, autopista desde Napoli a Salerno. Es una autopista estrecha en donde los estándares de conducción dejan mucho que desear – es el sur de Italia, no olvidemos – pero que debemos tomar únicamente una media hora pasar Torre Annunziata y tomar la salida que indica Castellammare di Stabbia, salida tanto para seguir hacia la Costa Amalfitana como para visitar las ruinas de Pompeya.

Tras circunvalar dicha localidad – bastante fea por otra parte – comienza la Via Sorrentina, una carretera que nos conduce hasta Sorrento y el resto de la Costa Amalfitana. Las vistas son preciosas y un recorrido pausado, quizás aprovechando alguno de los otros días de visita, es más que recomendable, parando en distintos miradores que se sitúan a lo largo del recorrido.

En total, 1 hora y media hasta llegar, tal y como comentábamos antes, a nuestro lugar de alojamiento: Piano di Sorrento, en el Hotel Nastro Azzurro, comentado en otro de nuestros artículos (ver aquí).

Realmente y al tratarse de un viaje fugaz, nada más llegar a media tarde, decidimos coger el coche de nuevo y conducir los 20 minutos que separan Sorrento de Positano siguiendo la Via Nastro Azzurro, curiosamente la misma en donde se situaba el nuestro hotel. La carretera es espectacular, estrecha y llena de curvas, pero la vista no lo es menos. La llegada a Positano no defrauda. Una vez que uno se aproxima a Positano divisa la belleza de Positano, con sus casas blancas, sus iglesias – en especial la de Santa María con su cúpula de color amarillo y negro –  y la pequeña playa con el mar al fondo. Cuando se abandona la carretera principal siguiendo el desvío de Positano centro – cuidado porque esta un poco mal indicado – se baja bruscamente de altitud por una carretera en zig-zag que conduce al centro del pueblo. Ahí recomendamos dejar el coche en alguno de sus “parkings” al aire libre ya que no hay otra manera de aparcarlo en sus calles minúsculas. Y de ahí, comenzar a andar…

Porque precisamente Positano se descubre andando. Un pueblecito lleno de cuestas, callejuelas, iglesias escondidas, árboles con flor y un mar de un intenso color azul que lo polariza todo. Parece mentira que existan pueblos como Positano todavía. Bien es cierto que el pueblo está sumamente despoblado, fruto de las corrientes migratorias de los dos siglos pasados y predominen los turistas por encima de todo, sin ser, al menos cuando nosotros lo visitamos – mediados de Junio – su presencia nada agobiante.

Recomendamos pues dar un buen paseo – el pueblo se recorre en nada – por el centro y bajar hasta la playa. Sin duda y como comentaremos posteriormente, una comida o cena en alguna terraza divisando el mar y una copa posterior en algún club o terraza como las situadas a pie de playa, pueden hacer de la experiencia algo inolvidable.

Tras pasar parte de la tarde y de la noche en Positano y descansar en nuestro hotel, decidimos, a la mañana siguiente acudir a Pompeya (Pompei en italiano), otro de los sitios de referencia en la zona. Es, sin duda, el de mayor atractivo cultural e histórico y el que se puede apartar del turismo de sol, playa y de pueblecitos pintorescos, que aportan, mayoritariamente, el resto de destinos en la Costa Amalfitana. Pompeya, fundada por los Oscos en el S.VII a.C., fue posteriormente una ciudad de la Antigua Roma que habiendo alcanzado un gran esplendor como centro comercial, fue devastada por la lava fruto de la erupción del Monte Vesubio en el año 79 d.C. Redescubierta en el S.XVIII es hoy una de las principales atracciones turísticas de Italia.

Visitamos el complejo de ruinas – la entrada son unos € 10 por persona – que nos sorprendió gratamente por su estado de conservación, al menos lo que se podía visitar dado que damos fe de que existen otros edificios que están siendo restaurados tras un deterioro y abandono en los años precedentes. Calles perfectamente trazadas con sus casas correspondientes, templos, el Foro, anfiteatros, teatros, etc., un complejo que nos agradó tanto o más que el Foro Romano visitado en nuestro reciente viaje a Roma (ver aquí). Detalles como los frescos dentro de las casas o la reconstrucción de cuerpos – personas y animales – de habitantes de Pompeya devorados por la lava nos llamaron poderosamente la atención.

Tras una visita larga al complejo – unas 3 horas calculamos – decidimos tomar unas pizzas in situ – bastante buenas en una pizzería situada entre los 2 parkings habilitados para dejar el coche – regresamos a Piano di Sorrento.

Una vez en Piano de Sorrento y por aprovechar la tarde visitamos Sorrento y de paso disfrutamos de una buena cena. Sorrento, pese a ser mucho más grande que el resto de localidades de la zona – en particular que Ravello, Amalfi y Positano, las cuales no superan los 5.000 habitantes – no tiene demasiado aliciente en cuanto a turismo, quizás sacando sus miradores de Nápoles y el Golfo de Nápoles así como el centro de la ciudad. El mismo se estructura entorno a la Piazza Tasso, repleta de restaurantes y heladerías, y desde donde parte el Corso Italia, una calle peatonal llena de pequeños comercios. Al margen del centro destacan sus edificios eclesiásticos – el Duomo o Catedral y la Iglesia de San Francisco de Asís – y particularmente la zona del puerto deportivo donde se toma el ferry a Capri. Después de una tarde en Sorrento y haber disfrutado de una buena cena en Ristorante Zi’Ntonio (ver aquí), cerca de la mencionada Piazza Tasso, nos llevamos la impresión de que, dado su tamaño e infraestructura hotelera, es el lugar con menos encanto y donde más se puede apreciar la presencia turística en masa de toda la zona.

En definitiva, una incursión breve pero intensa que nos ha dejado muy grata impresión, la cual esperamos corroborar con una segunda visita a la zona en breve.

Donde comer:

Es mucha y muy variada la oferta que puede ofrecer la zona pero también la hay de mala calidad y cara. Afortunadamente, el hecho de ir acompañados por locales nos facilitó sobremanera nuestra elección. Como primera batería de sitios y dado que visitamos Positano, especialmente y un poco menos Sorrento, ahí van nuestras recomendaciones en Positano:

• Ristorante Max, el sitio en donde nosotros cenamos (ver aquí), una mezcla de restaurante y galería de arte, muy elegante y con una terraza donde comer o cenar al aire libre.
• Music on the Rocks, el restaurante de Le Terrazze, único club de Positano. Situado en la parte superior del club permite disfrutar de una cena de lo más romántico con vistas directas al mar. Y si se quiere marcha, Le Terrazze la tiene y de lo más cool del momento.
• Chez Black Positano, en la playa, muy cerca del anterior, restaurante muy típico y más barato que los anteriores.

En general, en cuanto al coste y dado que Positano no es un sitio barato, se puede aproximar a un coste medio de € 40 por persona si bien, depende del sitio y del vino el hecho de que el coste pueda ser sensiblemente superior. Pero recordemos, estamos en Positano, sitio tradicionalmente frecuentado por la “jet” italiana junto a Capri y Amalfi.

En Sorrento quizás se puede encontrar sitios más adaptados a todo tipo de bolsillos y fruto de ello nosotros dimos con uno de gran relación calidad-precio como era el Ristorante Zi’Ntonio (ver aquí), pizzería y restaurante de especialidades de la zona.

Ya que hablamos de especialidades y como era de prever, los pescados y mariscos del Mar Tirreno, con peces únicos que no habíamos visto antes del estilo del sargo pero de igual modo anchoa, calamares y adicionalmente mariscos y moluscos como langostas, almejas, etc. Solos o combinados con todo tipo de pastas – no hay ninguna específicamente local – son una auténtica delicia.

Adicionalmente especialidades de la Campania como la mozzarella di bufala o el limoncello, algo que no puede faltar en el comienzo y final de una buena comida o cena.

Por supuesto, las pizzas, el prosciutto y otro tipo de platos no tan típicamente locales, etc. En definitiva, un buen sitio donde disfrutar gastronómicamente..

Donde dormir:

Al igual que nuestro apartado sobre sitios donde comer, vamos a mencionar únicamente los que hemos descubierto en esta primera incursión. Nuestro hotel, el Nastro Azzurro (ver aquí) y como comentábamos antes, se encuentra en Piano di Sorrento y nos pareció una opción muy buena si se busca una localización optima y un sitio con una gran relación calidad-precio.

El hecho es que en la zona hay muchos y muy buenos hoteles adaptados al turismo de alta gama que predomina en toda la Costa Amalfitana. Hoteles como el Palazzo Murat en Positano, una especie de hotel-palacio medieval en pleno centro del pueblo o el complejo turístico Bikini que combina restauración, hotel y actividades náuticas con playa privada incluida, son buenos ejemplos de ello pero la habitación rara vez saldrá por menos de € 250 por noche. Por cierto, en ambos sitios se puede disfrutar de una buena comida y en especial, por su encanto y sus vistas, de una buena cena.

Adicionalmente:

Unas breves recomendaciones para finalizar nuestro artículo:

• Visitar la Costa Amalfitana con ánimo de no solo disfrutar de su sol, su mar y su playa sino de su turismo cultural, sus pueblos y su gastronomía. Por ejemplo, nosotros tuvimos mala suerte con el tiempo pero nos permitió descubrir Pompeya, un sitio realmente único. De igual modo hay pueblos e incluso ciudades como Nápoles, no tan lejanas, que ofrecen una variedad inmensa de oportunidades.
• La Costiera Amalfitana es una costa escarpada en donde predominan las playas de rocas. Conviene escoger muy bien el alojamiento para estar así bien ubicado para acudir a las playas de arena fina – también estar en las proximidades o alojado en un hotel de playa – o bien pensar en alquilar un barco algún día de visita para recorrer la costa, algo que recomendamos fervientemente y que se puede combinar con la visita a Capri o tal vez a Ischia (únicamente si se coge el barco en las proximidades de Nápoles).
• El mejor momento para visitar la zona es en primavera – Mayo o Junio – o bien en Septiembre. Si no, Julio resulta mucho mejor que Agosto, en donde se combina turismo en masa de toda Italia – en particular de la zona de Nápoles – con un calor bastante asfixiante.
• Visitar Nápoles y en especial Pompeya aprovechando algún día de menos calor. Si no, la visita puede hacerse demasiado agobiante e incluso incómoda.
• No desesperarse con el modus operando local. Es el Sur de Italia y aquí las normas las marcan los locales en cuanto a tráfico, servicio en restaurantes y hoteles (aunque nuestra experiencia fue de lo más positiva), etc.
• Relajarse y disfrutar. Pese a la basura – increíble todavía la situación en las cunetas de muchas carreteras de Campania – o el tráfico recomendamos abstraerse y aprovechar todos los minutos del viaje en una de las zonas más bonitas de Italia.