Museo de las Alfombras – Estambul (Turquia)
El Museo de las Alfombras Vakiflar es un lugar muy curioso y que merece la pena visitarlo. Se encuentra situado en pleno barrio de Sultanahmet, a dos pasos del Hipódromo, entre Santa Sofía y la Mezquita Azul. El horario es bastante amplio ya que abre desde las 9:00 hasta las 12:00 y de 13:00 a 16:00 casi todos los días (domingo y lunes cerrado) por lo que se puede visitar entre medias de los dos lugares anteriores y de la famosa Cisterna de Estambul ya que la visita no es demasiado larga y su coste no llega a los 4 euros.
Las alfombras han formado parte de la vida de los turcos a lo largo de toda su historia. De hecho, ya los primeros nómadas utilizaban los kilims para protegerse del frío hace miles de años. En el Museo se ve la evolución desde esta época hasta la actual y se puede observar de forma muy palpable la importancia que han tenido las alfombras en los hogares de los otomanos a lo largo de la historia. Las mujeres antes de casarse tejían a mano alfombras para la dote y también se llegaban a usar como ofrendas en las mezquitas.
Los otomanos tienen cuatro artes: alfombras, cerámica, caligrafía y miniaturas y de todas ellas existen museos en la ciudad. Para ellos el mundo de las alfombras es un arte y se consideran los mejores del mundo tejiendo alfombras a mano y es por ello por lo que los precios de las mismas son tan elevados. Con el tiempo, cada vez se teje menos ya que los compradores prefieren reducir el coste con las grandes imitaciones (hechas con máquinas) provenientes de la India, Pakistán y China que no hacen otra cosa que hundir la más antigua tradición turca.
Las únicas alfombras que están a la altura de las turcas son las persas y se diferencian fundamentalmente en que las persas sólo tienen un nudo mientras que las turcas son de doble nudo (Gördes o Nudo Gordiano).
Básicamente existen dos tipos de alfombras, las anudadas o clásicas y las alfombras de tapicería o kilims. Ambas se suelen tejer con lana pero las de más alto nivel son de seda. Normalmente se identifican por el nombre de los lugares de procedencia y se distinguen por los colores, las formas, los tintes, los motivos, etc. Todos los colores son naturales, orgánicos y no se les realiza ningún proceso químico.
Las alfombras de Hereke son las más valoradas por todo el mundo y muchas de ellas se conservan en mezquitas y palacios tal y como ya comentamos en nuestro artículo sobre el Palacio de Dolmabahce. Suelen tener decoración floral y la mayoría están tejidas en seda. Luego hay muchas otras interesantes pero quizás los kilims de Usak son los segundos en importancia.
A lo largo del Museo, las alfombras están expuestas como si fueran auténticas obras de arte y muchas de ellas están protegidas por vitrinas de cristal. Es importante que la luz artificial no deteriore sus colores y el juego de luces está muy bien estudiado.
La gran mayoría de las que están expuestas proceden de Anatolia occidental y son Usak, Bergama y Konya. Datan del gran intervalo que existe entre los siglos XVI y XIX. Lo mejor de todo es el mimo con el que las conservan que se ha ido heredando entre las distintas generaciones.
Multimedia
Fotos
Todas las fotos, junto con las que hicimos de este lugar, se pueden ver aquí, en nuestro mural de Rincones Secretos en Flickr. Si no es fácil encontrar la información os recomendamos que visitéis nuestras galerías personales en Flickr (naialor –aquí-, monthy –aquí- y marylebone – aquí-) ya que está toda la información mejor organizada por carpetas. En cualquier caso, aquí está el álbum de Museo de Alfombras de Estambul.
Acceso a fotografías
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