Salvador de Bahía – Brasil

Introducción:

Este artículo puede aparecer un poco desestructurado, algo en lo que se parece a la ciudad objeto del mismo, pero el objetivo es hablar de la ciudad de Salvador de Bahía dentro del contexto del Carnaval, su mayor aliciente.

La ciudad:

La ciudad es la típica ciudad costera del Norte de Brasil, al estilo de otras como Recife o Natal, algo que se nota en la población de la ciudad, fundamentalmente de raza afro-brasileña. La diferencia es que Salvador conserva intacta toda su parte colonial, en particular el barrio del Pelourinho, el centro y parte más antigua de la ciudad.

Mentiríamos si dijésemos que la ciudad merece mucho la pena. Probablemente en 1 día se podría recorrer el centro, sus iglesias, edificios heredados de la colonización portuguesa y realizar alguna compra de artesanía, bisutería o textil local. Sin embargo, el aliciente de la ciudad es su privilegiada situación y meteorología, haciendo muy agradable la estancia en cualquier momento del año.

No solo consiste la estancia en disfrutar de los resorts – equipados con sus piscinas y playas artificiales privadas – y de las playas de la ciudad. Un paseo marítimo enorme, decenas de restaurantes especializados en carnes y pescados del lugar y unas gentes de carácter amable y sonriente hacen del viaje una experiencia muy recomendable.

El Carnaval:

La ciudad no seria la misma sin su Carnaval. Todos los años, durante 10 días, la ciudad se transforma en un centro de ocio diurno y nocturno como pocos en el mundo. No vamos a decir que es el mejor Carnaval de Brasil – aunque todo el mundo lo diga – pero si que es un Carnaval totalmente distinto, en el que desde el primer al último bahiano y desde el primer al último turista, viven y participan activamente del mismo. No se trata, como en Río de Janeiro, de observar a las escuelas de samba desfilar. En Salvador, uno forma parte de toda la gente que desfila al son de la música del “bloco” en el que se integre, mientras un gentío impresionante la observa a ambos lados del paseo marítimo colindante a la costa.

Explicando mejor el concepto de Carnaval de Salvador de Bahía, conviene especificar los 3 tipos de maneras en que uno lo puede vivir:

- Integrante de un bloco, tanto diurno como nocturno.

El bloco es esencialmente un grupo de gente desfilando y bailando junta. En Salvador de Bahia, un desfile incesante de blocos comienza al mediodía y termina al amanecer. El comienzo de un bloco tiene lugar al inicio del paseo marítimo siendo el final de dicho paseo el que marca la finalización del bloco. Los hay de distinta clase y condición pero el denominador común es la presencia de un camión inicial liderando el bloco, eso si, con música en directo, gente bailando detrás del mismo y por ultimo, un camión cerrando la comitiva, camión que surte de bebidas a los infatigables componentes del bloco.

La característica principal es que la entrada en el bloco es una camiseta uniforme, normalmente de tirantes para los chicos y tipo top para las chicas. A ambos lados del paseo se sitúan trabajadores del bloco portando unas cuerdas para impedir que nadie que no tenga dicha camiseta se integre en el bloco.

El bloco implica una actividad frenética durante 6-7 horas en las que se baila, se camina, se relaciona con la gente, se bebe, etc.

- Acudir a alguna de las fiestas que se organizan (”Camarotes”).

En todo el discurrir del paseo marítimo de la ciudad edificios y hoteles se habilitan como privilegiados lugares para observar la comitiva de blocos que transcurre sin cesar día y noche. Particularmente durante la noche se organizan fiestas denominadas “camarotes”, en donde la gente disfruta de la fiesta a la vez que se le permite la oportunidad de observar la gente desfilando al son de la música en directo.

Los camarotes, lejos de ser meras fiestas con vistas al desfile de blocos, son un auténtico compendio de actividades lúdicas: cines, diversos restaurantes, varios tipos de ambientes con distintas músicas, es decir, una autentica oferta de ocio a gusto del consumidor.

- Observar el desfile de blocos

Esta es la opción más desaconsejada. Primero, por el numeroso público que presencia los desfiles; segundo, por el tipo de público que los presencia, normalmente gente más desfavorecida, cuyos ingresos no le permiten el lujo de integrar un bloco o disfrutar de un camarote.

Nuestro viaje:

El viaje al Carnaval de Salvador de Bahía es quizás un plan más recomendable para un grupo de gente joven con ganas de pasarlo bien y de mucha, mucha juerga. Como tal nuestro viaje cumplió dichos requisitos: un grupo de 8-10 personas, lideradas por 2 brasileños, los cuales se encargaron de la logística del viaje.

La comunicación con Salvador de Bahía es mejor de la esperada. Vuelos frecuentes desde Río de Janeiro y Sao Paulo, al margen de directos en Europa (i.e. Lisboa) y algún charter que pueda organizarse al uso, permiten desplazarse a la ciudad sin mayor problema.

No existen múltiples posibilidades de alojamiento excluyendo, obviamente, los resorts hoteleros. En nuestro caso nos decantamos por uno de la cadena Sol Meliá, el Victoria Marina, bien comunicado con el centro y con el paseo marítimo, epicentro de la fiesta, así como con múltiples opciones dentro del hotel en restauración, ocio, sol y mar.

La gestión de las fiestas – blocos y camarotes – conviene hacerla, al menos, con 10-12 meses de antelación. Es tal la demanda por los mejores blocos y camarotes, con gentes venidas de todas partes de Brasil, europeos – principalmente portugueses – y algún otro turista despistado, que de no hacerlo con tiempo y optar a las mejores fiestas, el Carnaval puede ser decepcionante.

Ambos blocos y camarotes no son baratos. El coste de un buen bloco puede oscilar entre los 150 y los 200 dólares, mientras que el de un buen camarote se sitúa entre los 250 y los 350 dólares. Es por tanto, un viaje que no se encuentra al alcance de todos los bolsillos.

En nuestro caso optamos por los mejores representantes de blocos y camarotes. En cuanto a blocos, el bloco de “Nana Banana Bahia”, en cuanto a camarotes el “Camarote Salvador”.

Como mencionábamos anteriormente, la entrada para ambos no es más que una camiseta – abada – para ser reconocido y permitir la entrada en las fiestas. Si bien los blocos no incluyen nada – las bebidas corren a cuenta de uno mismo – los camarotes lo incluyen todo (bebida, comida). En nuestro caso optamos por 5-6 días de Carnaval, combinando 3 blocos nocturnos y 2 camarotes, todos ellos de las opciones antes indicadas. Resaltar que fue un plan muy cansino y de mucha juerga. Se puede decir que la mejor combinación para llevarse una idea del Carnaval de Salvador sería acudir a 1 bloco y a 1/2 camarotes y luego ver que plan le gusta a uno y potencialmente adquirir entradas in situ, en el curioso mercado negro que gira entorno a dichas fiestas.

Las 5 noches principales del Carnaval – del viernes al Martes de Carnaval – son obviamente las principales. Llegado el Miercoles de Ceniza la ciudad vuelve a sus cauces normales de actividad. Conviene centrar el viaje en ese periodo y potencialmente recomendaríamos estar 2-3 noches para llevarse un sabor del Carnaval en Bahia.

Para hacerse una idea, nuestro dia tipo en el Carnaval de Bahia era el siguiente:

• 1. 11.00: Despertar y desayuno en el hotel, preferiblemente en la zona de playa privada.
• 2. 11.00-14.00: Playa del hotel: piscina y sol
• 3. 14.00-16:00: Comida, bien en algún evento organizado por el hotel (i.e. Feijoada), bien en algún restaurante (sushi, carne, etc.)
• 4. 16:00-18:00: Siesta en el hotel o bien en la piscina
• 5. 18:00-19:30: Más piscina y sol, con bebidas previas a la noche en el propio hotel
• 6. 19.30-20.30: Desplazamiento hasta el paseo marítimo
• 7. 20.30-05.00: Bloco / Camarote, incluyendo cena improvisada
• 8. 05.00: Hora de dormir

Como se ve el plan puede dejar a uno exhausto pero por eso es una de las mayores juergas del mundo. La hora de dormir es más flexible ya que depende de las ganas de juergas de uno. Nosotros también optamos por algún bloco a media tarde (18.00-19-00), el cual, tras 6 horas de bailar incesantemente, nos condujo a la cama antes de la hora anteriormente indicada.

Últimos consejos:

• Organizar el viaje con mucha antelación, posiblemente entre 8 y 12 meses. De otra manera no se disfrutara del mismo modo porque el ambiente de las fiestas – blocos y camarotes – varía mucho entre las mejores – normalmente más caras – y las peores.
• Cambiar el espíritu para el viaje. El Carnaval de Salvador de Bahía puede ser un plan juvenil pero si a uno le coge más mayor, cambiar de actitud. El propio uniforme nocturno – zapatillas de deporte, bermudas y el abada – pondrá también de su parte. Se trata de disfrutar a la manera brasileña.
• Intentar combinar el viaje con un plan de relax posterior. En nuestro caso, Morro de Sao Paulo, una pequeña isla a media hora en avioneta desde Salvador de Bahía, fue el complemento perfecto de playa y sol a los excesos de Bahía.

• Brasil y en particular Salvador de Bahía, no son destinos seguros. En el Carnaval uno sale absolutamente sin nada en los bolsillos (cartera, móvil, reloj), únicamente con un documento de identidad y poco dinero. Ha habido experiencias desagradables por no cumplir estos requisitos básicos.
• Moverse en taxi, recomendablemente públicos, por la ciudad y en particular en las postrimerías de las fiestas de Carnaval.
• Tomar precauciones en todos los sentidos. El Carnaval, como buen escenario de juerga, y máxime siendo en Brasil, es el epicentro del ligoteo durante esos días.

Conclusión:

El Carnaval de Bahía es digno de ser conocido. Quizás plan perfecto si se tiene entre 25 y 30 años, puede ser una experiencia única, irrepetible, en especial en el contexto de un viaje de amigos. Creemos que conocer los dos tipos de Carnaval, el típico (i.e. Río de Janeiro) y este otro, puede ser una experiencia muy recomendable.