Sudestada – Madrid (España)

En nuestro reciente viaje a Buenos Aires (ver aquí nuestro artículo), teníamos señalado en nuestro recorrido por el barrio de Palermo un restaurante llamado Sudestada. Si bien no pudimos visitarlo en la capital porteña, la semana pasada y, gracias a nuestro buen amigo Víctor, tuvimos la ocasión de cenar en la versión madrileña del restaurante. Situado en el barrio de Chamberí, Sudestada representa un soplo de aire fresco en cuanto a cocina asiática se refiere. Habituados recientemente a la apertura en la capital de restaurantes con cocina del Lejano Oriente – china y japonesa fundamentalmente – en su gran mayoría con precios bastante elevados, el conocimiento de Sudestada nos ha servido para comprobar que se puede ofrecer buena cocina fusión asiática a precios razonables. Ubicado en un local de diseño, con 2 plantas y cocina a la vista del público, el restaurante destaca por un servicio muy atento, un menú degustación que combina distintas especialidades asiáticas y una carta de vinos y cocktails cuando menos sorprendente.

En la calle Modesto Lafuente, en las cercanías de la calle de Raimundo Fernández Villaverde, Sudestada se ubica en un local bastante pequeño que podría pasar desapercibido de no saber que el restaurante se ubica allí. Todo lo discreto que tiene su exterior se compensa, en cierto modo, con un interior sorprendente, más propio de locales en Londres (ver aquí nuestro artículo) o Nueva York (ver aquí nuestro artículo).  Se estructura en 2 plantas: una, la más grande, a ras de suelo, y con el aliciente de poder contemplar la cocina, abierta, en pleno funcionamiento; la otra, en el piso inferior, más tranquila, ideal para una cena en pareja alejada del bullicio característico del piso superior.

El servicio, como apuntábamos antes, juega un papel fundamental en el restaurante. No sólo por el hecho de que ayuda y mucho a la hora de elegir, bien a la carta, bien el menú degustación, sino por el hecho de que explica con gran detalle, los ingredientes de cada plato, como deben combinarse y, finalmente, su mayor o menor grado de picante.

El menú degustación recopila buena parte de la carta. Entorno a € 30 euros / persona se trata de una selección de 6-7 platos y postre, ofreciendo una gran variedad de especialidades de cocinas tan dispares como la vietnamita, la india, la china, la japonesa o la tailandesa. Gran parte del éxito del local ya no sólo radica en la variedad de platos tan diversos sino de una materia prima – mariscos, pescados, carnes – de primera calidad y de todas las procedencias que uno pueda imaginar. Sabiamente combinados con hierbas y especias el mix resulta en platos sorprendentes y que nos transportaron a los restaurantes que pudimos conocer en distintos países asiáticos.

El menú degustación, preparado para 2 y por tanto para ser compartido de principio a fin, comenzó con unos Nem tom, unos rollitos primavera vietnamitas, que, enrollados en lechuga y con una salsa ad-hoc, constituyeron un comienzo ligero para una larga cena.

 Proseguimos con unos Dim sum rellenos de carne y unas Samosas indias, nada picantes, por cierto, en comparación a tal y como las recordábamos. Continuó la cena con una especie de Pad-thai que, siendo sinceros, no nos acordamos muy bien de los ingredientes, habiendo tenido que mezclarlos y resultando la combinación en un sabor muy característico de la cocina tailandesa. Como preludio al final de la cena llegaron los Bun Cha, brochetas de carne de cerdo – no nos extrañaría que argentina –  muy sabrosas y con las que perfectamente podríamos haber rematado la cena.

Pero quedaba un último plato, el cual siempre se comenta al principio por parte del servicio ya que se da la opción de picante o no picante, variando el mismo según el día. Habiendo escogido la opción picante – no era tampoco para tanto – se nos sirvió una especie de curry rojo de carrillada de ternera, de lo más recomendable de la cena.

Como colofón a la cena, el postre, dentro de los varios ofrecidos, una copa de helado con distintos chocolates complementándola, sin duda un final digestivo a una cena tan copiosa.

La carta de vinos es peculiar, con caldos españoles pero también sudamericanos, como opciones principales. Nosotros optamos por acompañar la cena con cerveza – la japonesa Kirin fue la elegida – algo de lo que no nos arrepentimos. Tampoco nos hubiese importado elegir alguno de los cocktails ofrecidos, bien durante la cena, bien como colofón a la misma. Nos recomiendan especialmente las caipirinhas, algo de lo que daremos cuenta en nuestra próxima visita.

Respecto al precio decir que rara vez superará los € 40-45 por persona, bebidas incluidas, bien si se escoge menú degustación, bien si se opta por la carta, razonablemente más bajo que en otros asiáticos de la capital.

Hemos subido más fotos de Sudestada aquí, nuestro mural de Rincones Secretos en Flickr. Si no es fácil de encontrar os recomendamos que visitéis nuestras galerías personales en Flickr (naialor -aqui-, monthypm -aquí- y marylebone -aquí-) ya que está toda la información mejor organizada por carpetas. La carpeta de Sudestada está aquí.

En definitiva, estábamos más acostumbrados a este tipo de restaurantes de cocina fusión en ciudades como Londres pero para nada esperábamos algo así en Madrid. Si bien Sudestada podría ser mejorable en cuanto a local y podría tener un servicio más chic – lo de esmerado y correcto no se puede poner para nada en duda sino más bien todo lo contrario – decididamente es una muy buena opción para conocer distintos tipos de cocinas del sudeste asiático. Eso sí, os recomendamos reservar, particularmente para las cenas. El local se llena incluso entre semana…

Valoración – 8/10

Sudestada 

Lugar: Madrid – España

Dirección: C/Modesto Lafuente, 64; 28003 Madrid

Teléfono: +34 91 533 4154

Web: n.d.