Restaurante Pedralbes – Madrid

Noviembre 19, 2009 by javi  
Categoría Madrid Ciudad

Vista exterior

Vista exterior

Un buen ejemplo de cómo hacer las cosas bien, así podemos definir el restaurante Pedralbes. Como ilustración puede valer lo siguiente: muchos restaurantes hacen alarde en su literatura de extensas bodegas de vinos y cavas que satisfacen a la perfección los gustos de los comensales más exigentes (no lo escrito yo, es una cita literal de la página web de uno que no cumple lo que dice).

En Pedralbes, como en los demás restaurantes del grupo Oter al que pertenece, se pueden encontrar encima de las mesas unos pequeños folletos, donde se describe algo parecido, pero esta vez, con toda la razón.

Comedor principal

Comedor principal

Entramos y dejamos una barra a la izquierda para bajar un par de escalones y acceder al comedor principal. Los tonos marrón oscuro de las paredes y sillas, y el amarillo apagado de los manteles crean un ambiente extremadamente agradable, relajado y acogedor. El comedor no está superpoblado de mesas, con la cava de vinos en medio, lo que acrecenta la falta de agobios. Además, por zonas, el techo es tan alto como lo son los dos pisos de local, ya que la planta superior no ocupa todos los metros que la inferior.

Al seguir recto desde la entrada, volvemos a subir el par de escalones, y nos damos de bruces con la cocina, con un ventanal enorme que permite ver la magia que siempre existe en la cocina de un buen restaurante. Pero nada de olores, que nadie se asuste, existe un cristal que cubre buena parte de la separación, sin contar los extractores que tienen que tener. Desde luego insisto, ningún tipo de olor.

Si nos damos la vuelta desde dicho ventanal, otros 7 u 8 escalones más nos llevan a otro comedor que en ocupa planta superior, algo menos de la mitad del piso de abajo. Los tonos marrones oscuros se intensifican por unas cortinas que separan ciertas mesas entre si, y por las barandillas que dan al piso de abajo, arquitectura interior que le da bastante aire a todo el lugar.

El servicio es extremadamente atento y educado, desde los maitres hasta cualquiera de los camareros, la mayoría extranjeros de diferentes orígenes, realizan su trabajo de forma envidiable.

Vista interior

Vista interior

Nos acabamos de sentar y nos encontramos que no todas las mesas gozan de una anchura suficiente para los que nos gustan las mesas anchas, nos fijamos y luego escribimos en Internet sobre ellas. Pero en cualquier caso nos encontramos lo suficientemente cómodos.

Empecemos pues por un pulpo, abundante y bien preparado con la patata hervida a la vez que el pobre animal, una ensalada de tomate con cebolla y ventresca, un jamón que no suele defraudar y, para mi, el plato estrella de entre los primeros: un revuelto de setas sencillamente espectacular. No se si porque suma diferentes tipos de setas todas riquísimas, o porque me encantan las setas en todas sus formas y colores, igual ambas.

Lo del pan aquí es curioso. La primera vez que fui, pensé que lo de servir un pan enorme, tostado con tomate frotado y aceite de oliva, era porque habíamos pedido jamón. Que sorpresa la segunda, es el pan que sirven pidas lo que pidas. Por supuesto existe normal, pero es un detalle poder comer con el primero.

Avanza la comida, y sin ningún ánimo de querer caer en típicos tópicos, la buena calidad de la materia prima tengo que mencionarlo. La lubina salvaje de segundo preparada al horno con salsa, atún rojo, o cualquier otro tipo de pescado me dan la razón.

Carta de platos

Terraza exterior

Las carnes, todas especialmente buenas, salvo el último chuletón, quizá demasiado grasiento. Aunque de sabor estupenda, es posible que nos dejara con ganas de más. Aunque comer, comemos bastante…

Las carnes vienen acompañadas por unas patatas fritas de las que, a quienes nos gustan, hacen que nos cueste dejar alguna para quien comparta chuletón con nosotros. Hay días que están mejor partidas que otras, que puede dar igual, pero es que alguna vez nos las han servido perfectamente uniformes en cuanto al color y en cuanto al corte, en forma rectangular unas encima de otras.

Vuelvo a la carga con los vinos, existe un buen número de referencias interesantes. Entre ellas, una de mis preferidas por sabor y por relación calidad precio, un Martué (ver post aquí). Aunque, en la carta, que se empeñan en no cambiar, indican que la referencia de Martué es la monovarietal de Syrah. Esto nos lleva a pensar que es la de 2004, pero no es así. De cualquier forma, el vino es terriblemente bueno, y si luego vemos lo que cuesta, nos gusta aún más. Para disfrutar del otro, aconsejo La Castela, cuyo articulo está aquí publicado.

De postre un poco de todo, pero que por favor alguien se atreva a pedir el gazpacho de fresas, a ser posible, con una sola cuchara para evitar hurtos.

Pedralbes es uno de esos pocos sitios que puede servir para una cena de trabajo, para ir en pareja o con amigos. Yo me apunto dos de tres y en ambas ocasiones el lugar ha ido totalmente en consonancia con la situación.

Desde luego, para mi lo peor sea la entrada vista desde la calle. Pienso que el cartel y su alrededor en si no hace justicia al local. ¿Es posible que sea esta una de las razones por las cuales en cenas, que no en comidas, nunca esté ni muchísimo menos lleno? El resto desde luego no las imagino

Restaurante Pedralbes
C/ Basílica 15, Madrid – 91 555 30 27

(*) Fotos cedidas por cortesía del restaurante Pedralbes. Copyright de las mismas de Grupo Oter Epicure.


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  1. [...] algún otro articulo como el de Pedralbes por ejemplo (VER POST AQUÍ) ya sale a relucir el extraño hecho de restaurantes con buenas ofertas culinarias, que no se [...]

  2. [...] repito como en Pedralbes, hay restaurantes más “Fashion”, llenos hasta la bandera, y otros como estos dos últimos, que [...]