La Leñera – Madrid (España)

Exterior

Exterior

La verdad es que sí lo conocíamos pero no lo habíamos comentado hasta ahora que lo hemos visitado con motivo de una cena de Navidad. La Leñera, perteneciente al grupo de restauración OterGerardo, El Telegrafo o Il Gusto, entre otros – es un restaurante de cocina asturiana cerca de la zona de Azca, el corazón ejecutivo de Madrid. Tanto en barra como en cualquiera de sus dos plantas, se sirven platos cuyo denominador común es una excelente materia prima. Destaca igualmente su parrilla – visible a los ojos del cliente – donde se preparan distintos cortes de carnes rojas. Cuenta con una buena bodega a la vista y ofrece la posibilidad de comer o cenar en un reservado de su planta inferior.

Localización de La Leñera

El restaurante se encuentra situado muy cerca de la calle Orense, siendo una opción muy práctica para aquellos que trabajen o visiten por negocios el complejo de edificios Azca. Si bien es una zona donde el aparcamiento es complicada, pese a contar con diversos aparcamientos públicos, el hecho de que el restaurante cuente con aparcacoches se agradece sobremanera.

Su dirección exacta es:

Dirección: C/ Hernani, 60 – 28020 Madrid

Teléfono: +34 91 534 27 24

Web: http://www.lalenera.com/

Ambiente de La Leñera

La Leñera es un lugar animado por la cantidad y variedad de clientela que lo visita. Más ejecutivo entre semana, particularmente a la hora de la comida, es igualmente un restaurante elegido en contextos no profesionales.

Se trata de un restaurante de 2 pisos, uno a ras de la calle, el otro en la planta inferior. Antes de entrar en más detalle, lo primero que destaca del mismo es la barra que uno se encuentra nada más acceder al mismo. Animada y siempre repleta, reúne a quienes se quieren tomar una cerveza o un buen vino con otros que la escogen para comer o cenar.

Pasada la antesala nos encontramos con el comedor principal, espacioso, luminoso y decorado de manera formal pero alegre.

Interior

Interior

En lugar de entrar a hablar del mobiliario y la decoración del mismo destacan 2 aspectos: su bodega a la vista, con numerosas botellas en las estanterías de madera del interior y, adicionalmente, la enorme parrilla abierta, una de las pocas en Madrid visibles de cara al público.

Vista del interior con la bodega a la vista

Vista del interior con la bodega "a la vista"

La planta inferior, si bien guardando la formalidad, varía en cuanto a decoración. Con una sensación visual más comprimida y menos abierta que la superior, tiene la ventaja de que se puede compartimentalizar, haciendo posible la creación de diversos reservados ad-hoc.

El ambiente es variado y, junto a una clientela ejecutiva reunida entorno a mesas redondas y rectangulares, destacan grupos de amigos y familias que escogen La Leñera, no sólo por su menú y su servicio de los que luego hablaremos sino por su amplitud y comodidad.

Vista del interior

Vista del interior

Carta de La Leñera

Es tal la calidad de la materia prima que se sirve que lo mejor del restaurante es dejarse llevar por las recomendaciones del servicio. Si bien en general se podría definir como un restaurante de cocina asturiana, la realidad es que en él se sirven platos de distintas cocinas de la geografía española.

Los pescados – en particular el bacalao – y muy especialmente las carnes rojas, son las elecciones que no pueden fallar en cualquier elección tanto de comida como de cena. Son en concreto estas últimas las que diferencian a La Leñera y es que su enorme parrilla a la vista, combinada con la calidad de la carne en sí, hacen del restaurante uno de los mejores restaurantes de Madrid para disfrutar de una buena carne roja.

Las raciones, tanto los entrantes como los principales, son abundantes y recomendamos elegir no más de un entrante para cada 2 y, adicionalmente, un plato principal.

Nuestra experiencia en La Leñera

Acudimos al restaurante en el contexto de una cena de Navidad – reducida, eso sí – con lo que el aforo era de “abarrote”, tanto en la barra como en los comedores de ambas plantas. Habiendo pensado en cenar en la barra, escogimos el restaurante por la mayor comodidad y privacidad que ofrecía.

Una vez que escuchamos pacientemente la lectura de la carta y habiendo disfrutado de los choricitos y morcilla gentileza de la casa, procedimos a la elección de platos.

Comenzamos con diversos entrantes para compartir entre los 5 comensales. En concreto y siguiendo la recomendación de la casa escogimos las croquetas de jamón ibérico, la verdad es que muy aconsejables. No acertamos quizás en los otros entrantes, una ensalada de tomatitos, por un lado, y mollejas por el otro, ya que por su preparación en su caso y el tamaño de la ración en el otro, no respondieron a las expectativas.

En cuanto al principal en sí la verdad es que no hubo discusión, escogiendo chuletón de buey pasado por la brasa y fileteado para ser compartido.

No escogimos postre, pasando directamente a los licores y a los combinados de los que luego hablaremos.

Bodega de La Leñera

La carta de vinos del restaurante es fundamentalmente nacional, muy equilibrada y extensa, con vinos tintos, blancos, dulces, cavas y champagnes. El hecho de que se trate de una bodega a la vista de la da mayor notoriedad y es tan extensa en denominaciones que se agradece la selección que el restaurante elabora periódicamente a modo de recomendación. De hecho esta vez nos dejamos llevar por la misma escogiendo un Numanthia, vino tinto de denominación de origen Toro.

Sobremesa en La Leñera

La carne se merecía una buena digestión y para ello la posibilidad de continuar la comida o cena en la mesa es una ventaja que ofrece el restaurante. Cuenta para ello con una buena selección de licores – orujo, licor de hierbas, patxarán – así como una variedad de combinados bastante aceptable con las principales marcas nacionales e internacionales, habiendo añadido recientemente alguna referencia a estas últimas.

Servicio de La Leñera

Del servicio ninguna queja sino más bien todas las alabanzas por su paciencia y diligencia así como por habernos permitido prolongar la cena, habiéndonos incluso invitado a una ronda de combinados a costa de la casa.

Precio

Una comida o cena con vino, en mesa y mantel, en media sale por unos € 60 por persona, posiblemente menos si se prefiere comer o cenar a base de platos para compartir en la barra. Si bien no es barato la verdad es que la calidad de la materia prima puede justificar dicho precio.

Conclusión

Ya lo conocíamos y ha sido un redescubrimiento del que tiraremos a futuro. Nos pareció un valor seguro, uno de esos restaurantes de los que se puede tirar sin dejar de acertar, un lugar donde es mejor escuchar que hojear la carta, dejándose llevar por las especialidades del día y de temporada, sin olvidar que la cocina asturiana es en teoría y en la práctica, su punto fuerte, amén, eso sí, de las carnes. Para tener en cuenta en contextos ejecutivos y comidas o cenas de grupo…

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