Restaurante La Marcelina – Valencia

El restaurante La Marcelina es un auténtico clásico en la ciudad y siempre ha tenido mucho reconocimiento por su arte en la elaboración de la auténtica Paella Valenciana. Quizás, junto a La Pepica, han sido los dos lugares más emblemáticos de la ciudad ya que debemos recordar que ambos fueron fundados en los últimos años del s. XIX. Sin duda, los decanos de los decanos en la capital del Turia.

Y la verdad es que nuestra experiencia aquí va empeorando con los años. A medida que la gastronomía valenciana va obteniendo más premios y reconocimientos a nivel nacional e internacional, estos lugares se quedan atrás y evolucionan poco. Nuestra última experiencia en La Marcelina ha sido decepcionante a más no poder pero tampoco queremos escribir todo el artículo basándonos en esta reciente comida.

El restaurante lo gestiona Pedro Castellanos desde hace muchos años y nos consta que es una gran persona y realmente trabajadora. Muchas de las personas que atienden en el lugar tienen una gran trayectoria en el restaurante y nos merecen todos los respetos. Pero hay muchos “peros” y por desgracia se basan en la comida. A lo largo del artículo iremos comentando algún percance pero intentaremos siempre sacar lo positivo porque se lo han ganado a lo largo de los años.

Localización

Se encuentra situado en la playa de la Malvarrosa o mejor dicho, en la Playa de las Arenas como es más reconocida en los últimos tiempos, a dos pasos del espectacular Puerto Valenciano. La dirección del sitio es:

Dirección: Avenida de Neptuno, 8 – Playa de las Arenas – 46011 – Valencia

Teléfono: 963 712 025/963 723 316

Web: http://www.lamarcelina.com/

La web del restaurante es muy completa y ofrece buenas fotografías del lugar así como la carta de platos aunque le faltan los precios. Nosotros tenemos varias fotos del lugar, de su carta de platos con precios y de los platos que nos hemos tomado en nuestra reciente visita. Están todas guardadas en nuestra galería de fotos en flickr donde están unidas en el grupo correspondiente todas las fotografías que hemos hecho allí (pinchar aquí)

Ambiente

Se trata de un lugar clásico a más no poder y es necesario pensar en su larga historia para recrearse en el mobiliario existente en sus salones. Nada más entrar, a mano izquierda está una gran cocina totalmente necesaria para preparar la tremenda cantidad de paellas solicitadas a la vez. Siguiendo un poco nos encontramos a mano izquierda un gran salón bien separado que se puede reservar independientemente para eventos y otras celebraciones. Al fondo queda el salón principal y la recomendable terraza con vistas a la playa de las Arenas.

Las mesas están bien separadas entre sí, son cómodas y muy amplias. Nos gusta mucho la gran cantidad de mesas redondas disponibles que son perfectas para comidas o cenas de grupo y/o familiares. Si hace buen tiempo os recomendamos la terraza ya que se está muy a gusto, especialmente en las noches de verano. Si no hiciera tan bueno, es mejor intentar reservar mesa en aquellas que están más próximas a los ventanales. Por cierto, hoy en día, la reserva ya no es muy necesaria. De fondo, suena una suave música clásica…a veces parece que van a preparase para hacer bailes de salón…

Carta

El restaurante ofrece cocina mediterránea con una clara predilección por los arroces. La carta de platos es muy amplia y hay una gran variedad de los platos clásicos de toda la vida. No queremos detenernos mucho en este punto ya que la tenemos entera fotografiada y además viene en la web oficial del restaurante pero sí resumiremos a grandes rasgos los platos que ofrece. Los primeros platos están formados por pescados fritos, sopas, ensaladas, embutidos, pastas y mariscos variados. Entre los segundos los arroces toman todo el protagonismo pero también cuenta con bastantes carnes y pescados. Finalmente, frutas, helados, flan y tartas variadas forman la carta de postres.

Nuestra experiencia

En nuestra reciente visita nos chocaron mucho las raciones ya que nos parecieron muy escasas para lo que nos tenían acostumbrados. Tampoco es que probáramos demasiados platos pero los Calamares estaban mal fritos y eran de cuestionable calidad. La correcta Ensalada Valenciana tiene tomate, huevo duro, lechuga, aceitunas, cebolla y zanahoria. Pero lo que más nos decepcionó fue la calidad de las Almejas a la Marinera que sólo se salvó por la salsa.

Después pedimos la famosa Paella Marcelina de pescado y el tema mejoró algo. Llegó bien de punto y con los buenos sabores que reconocen este magnífico plato. Lo cierto es que no es nuestro arroz favorito pero hay que reconocer que lo hacen muy bien. Lo ofrecen también con alioli.

El postre cumple pero tampoco se sale de lo normal. Un buen detalle es el famoso sorbete de limón que sirven al retirar la paella. Hay costumbres que no se pierden con los años.

Bodega

La Bodega no tiene demasiadas referencias y es bastante clásica como cabe esperar en un lugar así. Tan sólo destaca algún vino local curioso y un par de somontanos Aproximadamente ofrece quince referencias de tinto, otras tantas de blanco, una decena de cavas e incluso algún champagne como es el caso de Moet Chandon. No sirven vino en toda la comida y el servicio se limita al descorche. Las copas gruesas y malas, casi mejor ni recordarlas. Lo único que se salva es la relación calidad/precio. Nos decidimos por el Marqués de Riscal blanco (no recuerdo si verdejo o Sauvignon) por 16 euros.

Sobremesa

Siempre es un lugar agradable para prolongar un poco la comida o la cena. Cuando está lleno tiene el defecto de que es bastante ruidoso. Cuenta con los destilados típicos post-comida que suelen ser los más demandados. En ningún caso meten prisa por levantarse de la mesa.

Servicio

Tiene cosas buenas y cosas malas. El personal es una mezcla de camareros con larga experiencia y otros recién estrenados. Lo cierto es que se les ve un poco desganados porque no están muy atentos a las mesas y eso que fuimos en un día donde había muy pocas mesas ocupadas y sobraba personal por todos los lados. Lo mejor es que son muy amables y conocen bien su oficio.

Precio

Aproximadamente, ronda los 30 euros por persona con vino incluido. No es un sitio caro y los arroces cuestan todos sobre los 15 euros por persona.

Conclusión

La Marcelina es un sitio que vive más de su historia que de su presente y dista mucho de ser lo que fue. Hoy en día es un lugar totalmente prescindible para tomar una buena Paella Valenciana en la ciudad pero supongo que muchos seguiremos yendo para rememorar parte de su historia ¿o no?

Multimedia

Fotos

Todas las fotos, junto con las que hicimos del restaurante, se pueden ver aquí, en nuestro mural de Rincones Secretos en Flickr. Si no es fácil encontrar la información os recomendamos que visitéis nuestras galerías personales en Flickr (naialor –aquí-, monthy –aquí- y marylebone – aquí-) ya que está toda la información mejor organizada por carpetas. En cualquier caso, aquí está el álbum de La Marcelina

Acceso a fotografías

• Galería de fotos del Restaurante: Pincha Aquí
• Grupo Rincones Secretos en Flickr: Pincha aquí
• Galería personal de monthy: Pincha aquí.
• Galería personal de marylebone: Pincha aquí.

Galería personal de naialor: Pincha aquí.