Restaurante Plachutta Wollzeile – Viena

Lugar: Viena – Austria

Dirección: Wollzeile 38, 1010 Viena (Austria)

Teléfono: +43 01 512 1577

Web: www.plachutta.at

Plachutta, a secas, es el apellido de una ilustre familia de cocineros en Austria. El restaurante Plachutta Wollzeile es uno de los restaurantes que poseen en Viena y alrededores, quizás el más conocido hoy en día, no así el más antiguo, siempre a cargo del más emblemático de sus estandartes, Edwald Plachutta, chef que ha sido galardonado con alguna que otra Estrella Michelín. El restaurante, situado en el corazón de Viena, es un lugar de culto en la ciudad y un sitio donde disfrutar de la buena cocina austriaca en general y vienesa en particular. Hablar de cualquiera de estas dos cocinas es hablar del Tafelspitz – al que luego dedicaremos unas líneas más en detalle -, una especie de carne de ternera cocida servida con guarnición. Pues bien, Plachutta Wollzeile es el lugar idóneo para disfrutar de tan popular plato y de ello dan fe los vieneses y turistas que han pasado por el restaurante.

Situado en el centro de Viena, muy cercano al Stadtpark y a medio camino entre la Stephansplatz – lugar donde se ubica la Catedral de San Esteban – y el comienzo del área de influencia del Prater, su situación lo hace idóneo para aquellos que quieran disfrutar de una buena comida – bien de negocios, bien en medio de una jornada de turismo por la capital austriaca – o tal vez de una cena en un sitio, que si bien no es romántico, si se podría calificar de acogedor.

Casi de rebote y sin reserva previa acudimos a Plachutta, algo no muy recomendable debido a la popularidad del mismo. Sin embargo y pese a que ese día en particular el restaurante estaba lleno de gente a la hora de la comida – coincidía con un partido de la Eurocopa y quizás la clientela variaba respecto a la de costumbre - encontramos una mesa en el salón principal. La decoración es sobria pero nada recargante y predominan los colores verdes y amarillos en su mobiliario y manteles. Pasando a la comida y habiendo disfrutado de una cerveza como aperitivo, nuestra elección de menú fue más que nunca a tiro fijo.

Dado que sabíamos la contundencia del plato principal que íbamos a pedir, decidimos como comienzo limitarnos a pedir un tartare de bouef, realmente espectacular, compartido entre los tres comensales que estábamos en la mesa. Posteriormente y al mismo tiempo que el Tafelspitz, un sirloin steak con guarnición por si acaso el plato estrella no nos convencía. Si bien el sirloin no defraudó, nos equivocamos con el Tafelspitz ya que resultó todo un éxito.

El Tafelspitz, un plato típico desde la época del Emperador Francisco José, es como decíamos, una parte muy especial de la ternera – lo que se denominaría la tapilla en español, situada en la zona exterior del cuadro trasero de la vaca, siendo de las partes más tiernas de la misma. Nos la sirvieron en la propia olla con el agua debiéndonos encargar nosotros de trocearla y servirla con el acompañamiento, todo un despliegue: espinacas, zanahorias cocidas, Semmelkren – una especie de mezcla en forma de compota de manzana con rábano picante -, salsa bearnesa y patatas asadas. Evidentemente, no tuvimos problema con las cantidades y la comida fue más que suficiente.

Como acompañamiento a la comida y dado que el vino local más conocido, el Riesling, no era el más apropiado para nuestro pequeño homenaje – es un vino procedente de una uva de un color blanco intenso – escogimos, dentro de la extensa carta en vinos de países europeos diversos, un Brunello di Montalcino, decantado y que fue un acompañante perfecto a nuestra comida. Como colofón, los postres, a base de mousse de chocolate y strudel – de manzana – dos clásicos de la repostería austriaca y unos cafés vieneses, como no, al estar en la capital austriaca.

Decir que la cuenta vino a ser de unos € 60-70 por persona, también influida en parte por el vino escogido, si bien se trata de un sitio que en media podría rondar los € 55 euros por persona, algo que nos parece adecuado al nivel de comida, servicio y clientela – bastante VIP se deja ver por Plachutta Wollzeile – del restaurante. Además, se dispone de una terraza al aire libre durante la época de verano, muy atractiva y que lamentablemente, por encontrarse llena, no pudimos disfrutar.

Para finalizar, un consejo dada la ubicación. Recomendamos, si se opta por cenar, por tomar una copa posterior en Onyx Bar, el bar del Hotel DO&CO, enfrente a la Catedral de San Esteban y un lugar ideal para finalizar la noche con una buen cocktail en medio de una conversación agradable y unas vistas mejores.

Valoración: 8.5 – 10