Hanoi – Vietnam
Febrero 8, 2008 by marylebone
Categoría Vietnam
Introducción:
La definición de Hanoi, capital del Vietnam actual, como ciudad podría resumirse en el hecho de que es una ciudad distinta a cualquier otra que uno pueda encontrar en el sudeste asiático. Lo curioso del caso es que, cuanto más tiempo pasa desde que uno la abandona, mejor recuerdo conserva de la misma.
Tal vez sea cuestión de expectativas personales, en parte marcadas por la condición de nuestro viaje – parte de una luna de miel – pero Hanoi no es el tipo de ciudad romántica ni tampoco evoca el pasado colonial francés del que apenas quedan vestigios. Sin embargo, Hanoi es una ciudad que no deja indiferente, de la que para bien o para mal, uno se forma una opinión clara.
Desde que uno llega al aeropuerto de la ciudad, bien comunicado con las principales ciudades europeas, americanas y obviamente asiáticas – no en vano la comunidad vietnamita presente en el exterior es muy notoria – se empieza a intuir el caos que rodea a esta ciudad: largas colas y demoras en la tramitación de la entrada al país en la aduana derivadas de un tedioso proceso de obtención del visado que se pueden extender hasta las 2 horas. Aquí, y comienzan los consejos para el viaje, el contacto con un guía previo a la visita se hace imprescindible puesto que, sí se procede de dicha manera, el mismo será el encargado de tramitar el visado y personalmente presentarse en la aduana para solventar el trámite en ¡¡10 minutos!! Nosotros operamos de esta forma y los resultados fueron más óptimos en comparación con el resto de turistas que llegaban a la ciudad.
La segunda percepción de lo caótico que puede resultar Vietnam en general y Hanoi en particular, es todo lo que rodea al tráfico, tanto en las carreteras vietnamitas como en las calles de Hanoi. Todo lo que se pueda contar es poco, hasta el punto de que es uno de los “recuerdos” más impactantes de haber visitado el país.
La “autopista” que conduce desde el aeropuerto a la ciudad, en paralelo en muchos de sus tramos al famoso “Rio Rojo”, es una marea de coches que se desenvuelven en un asfalto agujereado y que se entienden con el claxon en lugar de con los intermitentes. Motocicletas y bicicletas circulan en sentido contrario al de los coches provocando una sensación de caos que al principio intimida pero a la cual uno coge gusto pasado un tiempo.
Una vez llegado a la ciudad, después de abandonar la autopista, más de lo mismo, esta vez rodeado de una marea de motocicletas y bicicletas, dispuestas a todo tipo de argucias y violaciones de las normas elementales de tráfico.
El momento, sin duda, más placentero, es la llegada al hotel con lo que supone ello de evasión del ruido y del caos de la ciudad y su circulación. Esto último, dicho fuera de contexto, parecería una alerta previniendo al turista para no visitar la ciudad. Nada más lejos de la realidad. Simplemente, una advertencia inicial a lo primero que uno se encuentra y por tanto, a la primera impresión, que uno se va a formar.
Una vez que se ha tomado el conveniente oxigeno, es hora de ponerse en circulación, nunca mejor dicho, ya que la primera visita a la ciudad debe hacerse en esa especie de ciclo turismos en la que uno va cómodamente sentado mientras le llevan en bicicleta por la ciudad. Como casi todos ellos son individuales a uno le va a dar tiempo a ver la ciudad y reflexionar mucho sobre el modus vivendi de los vietnamitas. Entre el caos circulatorio, el ciclo turismo se irá desplazando por las principales arterias de la ciudad, en particular por el centro de la ciudad, plagado de callejuelas en las que la animación y el bullicio es la nota dominante.
El barrio central con calles especializadas en oficios, desde los artistas de la seda a los cinceladores de placas funerarias, son una mezcla de ruidos, olores y sabores difíciles de olvidar.
Quizás sea Hanoi una ciudad para beber en pequeños sorbos. Si bien no lleva mucho su visita – quizás un par de días es lo idóneo – hay que ir poco a poco ya que el turismo es muy cansino, quizás por la sensación de caos que impera en el ambiente.
Conviene visitar los contados sitios turísticos más típicos – recalcados posteriormente – acompañados de un buen guía y habiéndose empapado previamente de la historia del país, no tanto la más reciente – guerra de Vietnam – como la que se remonta a la época en que Vietnam era una provincia china y en particular a la época medieval. Ello se debe a las numerosas alusiones a dicha época, surgidas principalmente de las expresiones artísticas que merecen ser visitadas.
Otra connotación de un pasado no tan lejano es la referente al comunismo y a toda la influencia de Ho-Chi-Minh en la mentalidad vietnamita. Aparte de su mausoleo, palacio, museo, etc. que pueden ser visitados, es más relevante la admiración e influencia que su figura despierta en los vietnamitas. El régimen comunista en estado puro, al estilo del Este de Europa, dejó de estar vigente en los años 80 pero sin embargo, hoy en día, un régimen comunista gobierna el país, un país que prospera no exento de grandes dosis de corrupción.
Como contrapunto a tanto turismo cultural y comentario político, no deberíamos olvidar la gastronomía vietnamita, una gastronomía con un marcado carácter, unos sabores muy definidos, apreciada y reconocida mundialmente. Para todo tipo de paladares y bolsillos, su fuerte olor, debido a las especias con las que se cocina, se puede apreciar especialmente en el centro de la ciudad.
No perderse:
Sin que ello suponga no hacer un buen research partiendo de una guía completa del país como la Lonely Planet, dejamos caer unos cuantos consejos:
- 2 días de visita son más que suficientes para ver la ciudad. Recomendamos guía para los sitios turísticos – mejor visitarlos durante las mañanas – y a la vez disponer de tiempo libre con el que hacer compras y dejarse perder por la ciudad.
- Es muy recomendable visitar el país en meses de otoño o invierno (Octubre a Marzo se nos antoja la mejor época) debido a que en dichos meses la temperatura alcanza unos 25 grados y la humedad no es muy elevada. Adicionalmente, los monzones son poco frecuentes en dichas épocas del año.
- Los sitios más recomendables, cada cual en su estilo, que más merece la pena visitar:
- Mausoleo y Museo de Ho-Chi-Minh: en la zona colonial mejor conservada de la ciudad se erige la casa-palacio donde habito Ho-Chi-Minh, incluyendo los jardines y lagos anexos, un museo en su honor y en de los regimenes comunistas y finalmente el mausoleo donde permanece embalsamado al estilo de Lenin.
- Templo de la Literatura: uno de los más antiguos del país, templo confucionista venerado particularmente por los estudiantes vietnamitas.
- Lago de la Espada Restituida: lago en el centro de la ciudad, objeto de una leyenda muy reconocida en todo Vietnam.
- Antiguo Barrio de los Gremios: el anteriormente comentado, muy recomendable de ser visitado – Vietnam y Hanoi en estado puro – e ideal para hacer compras.
- Si la idea es conocer Hanoi simplemente, 2 días son más que suficientes. Su cercanía – 3 horas en coche – a Halong Bay, una de las zonas más bonitas de Asia, hacer recomendable una excursión de 1 día y medio a dicha zona.
Adicionalmente:
Nuestra recomendación, al margen de la ya dada de contar con un guía y preparación previa del viaje, es la de reservar un buen hotel en la ciudad. Los principales, todos ellos en manos de cadenas occidentales – Meliá, Sofitel, Hilton, etc. – si bien no son espectaculares, ofrecen unos estándares de calidad occidentales.
Hoteles como el Meliá Hanoi o el Hilton Opera son más funcionales y de negocios, si bien cuentan con un servicio impecable; otros como el Sofitel Metropole conservan un aire colonial y dan un toque más romántico a la estancia. Situados todos ellos en la zona de nueva de la ciudad ,es quizás este ultimo el que recomendaríamos tanto para un viaje de turismo al uso, un viaje romántico y también, por que no, para un viaje de negocios.
Compras:
- Como comentábamos anteriormente, las calles centrales asociadas a cada gremio, se encuentran repletas de pequeñas tiendas en las que comprar, fundamentalmente seda y artículos de artesanía.
Realmente, merece la pena la seda, de mejor calidad que la encontrada en Siem Reap (Camboya) o en Tailandia, particularmente en la calle Hang Gai, en tiendas como Sapang, donde además se pueden encontrar pashminas, pañuelos, etc.
- Adicionalmente y dependiendo del grado de atrevimiento, uno puede optar por hacerse ropa a medida. Trajes, camisas, vestidos, etc. se realizan en numerosas sastrerías bajo un régimen de operación express por el que normalmente no se demora el encargo más de 8-10 horas.
Restaurantes:
- La oferta gastronómica de calidad en Hanoi es limitada, ceñida los restaurantes en hoteles, fundamentalmente en los anteriormente mencionados, así como algún otro restaurante en la ciudad, tanto internacional como vietnamita.
- Destaca por su calidad y ambiente el Press Club, una especie de club de alto nivel en el que se incluye un restaurante donde poder degustar especialidades vietnamitas e internacionales – normalmente dedican semanas a diversas gastronomías occidentales – en un entorno agradable. Su proximidad al Hotel Sofitel Metropole, hace especialmente recomendable combinar una cena en dicho restaurante con una copa en posterior en el hotel.
- Un poco más escondido de la ruta principal de Hanoi pero de igual modo buen exponente de la oferta de cocina vietnamita, uno de los mejores vietnamitas de la ciudad, el Wild Lotus. La carta es extensa y se recomienda para los amantes de la cocina vietnamita, no tan bien percibida por todos los estómagos debido al fuerte sabor derivado de las especias utilizadas.
- Finalmente, el Bobby Chin, un clásico internacional en el que saborear todo tipo de platos de cocina internacional en un ambiente más trendy, al lado del Lago de la Espada Restituida. Ideal si uno quiere volver a sabores más familiares en un contexto en el que no es tan fácil encontrarlos.
- Nuestro plan, post-cena, como comentábamos antes, consistió en tomar alguna bebida o postre en los distintos hoteles de la ciudad.
Últimos consejos:
- Evitar las copas (salvo la cerveza embotellada), al menos con hielo, y los helados por el temor al agua, incluso en los hoteles de lujo (en ellos hasta se sirve el agua embotellada para su uso a la hora del cepillado dental).
- Fundamental, llevar un líquido-gel que se vende en farmacias para lavarse las manos. El agua no es potable y no la recomiendan en ningún sitio ni para lavarte las manos – a excepción de hoteles y restaurantes de gama alta -y menos en los que te encuentras para comer cerca de los templos que son muy carentes en servicios.
- Coger ciclo-turismos para hacer turismo diario en Hanoi. Sin embargo, se recomiendan los taxis por la noche – pedir en el hotel o en los restaurantes – ya que la ciudad es muy oscura y puede llegar a asustar.
- Si se tiene tiempo libre, ir a algún espectáculo como el ofrecido por el teatro de las marionetas, si bien es algo opcional y sujeto al gusto del turista. Adicionalmente, la Ópera de Hanoi está muy bien situada y suele tener carteles atractivos.
Conclusion:
Hanoi es una ciudad caótica, propia del país del cual es capital y de sus habitantes. Puede que choque en un contexto de una luna de miel (vs. otros destinos de la misma), como fue nuestro caso, por su caótico trafico y otros motivos, pero a la larga, incluso en este contexto, se recuerda la visita como algo especial, difícil de borrar.
MUY BUEN COMENTARIO, ESTA NOCHE PARTO A HANOI Y ME PARECIO UNA MUY BUENA DESCRIPCION DE TU EXPERIENCIA. SUERTE !
Creo que estamos ante una buena crítica de Vietnam, pero me he quedado un poco sorprendida al definir la calidad de los hoteles y de los restaurantes. Supongo que el viajero debe frecuentar hoteles de muy alta gama y eso le haría menospreciar los de Hanoi. Los hoteles que ha citado son muy, muy buenos, pero no hay que menospreciar otros de no más de tres estrellas con una buena relación calidad-precio. Y en cuanto a los restaurantes, maravillosos: el del Hotel Sofitel Metropole, el Emperor … y otros muchos, de precios muy aceptables y con una oferta de gastronomía autóctona de gran calidad: el Cha Ca, en la calle del mismo nombre; l’ Oiseau Siffleur , e, incluso, los puestos de comida del Mercado Dong Xuan. Y, en cuanto a la higiene, basta con no tomar alimentos crudos y beber agua embotellada.
Hanoi es una ciudad única y, si se puede disponer de más de dos días, se podrá conocer algo más la ciudad. Lo de menos son los monumentos.